Si volvieras de la mañana y fueras tú
¿habría sangre en la cueva de las abejas,
allí donde la muerte nunca nos visita?
Porque hay un puente secreto entre mis edades,
y la piel de mi tiempo presente
es utilizada en los tambores del Topkapi.
Si volvieras de la mañana y fueras tú
seré cruel contigo aunque seas reina o esclava,
te marcaré para mí
y los hombres verán que en la Feria del Norte
te he señalado con la letra escarlata
del nombre ante el que te arrodillas.
Si volvieras de la mañana y fueras tú
los leopardos beberían en tu cuerpo,
¿y será así el rito que abra todos tus días,
cuando borre la noche de tus ojos
y llene de olvido tu corazón
y de deseo la memoria de tu carne última?
(Joaquín Cónsul)