Noche de calor y estrellas, de risas compartidas y alguna lágrimita, goloseo, y por que no, perverseo.
De azotes penitentes sobre la piel desnuda y sáficos besos
dulces.
Blancas cuerdas entramadas sobre cuerpos femeninos formando figuras.rombos, fantasías.
Una cama, muchas risas....
Y así fue la segunda noche de Confesiones Sumisas.
De azotes penitentes sobre la piel desnuda y sáficos besos
dulces.
Blancas cuerdas entramadas sobre cuerpos femeninos formando figuras.rombos, fantasías.
Una cama, muchas risas....
Y así fue la segunda noche de Confesiones Sumisas.